Sistema que, mediante un proceso de retroalimentación o feedback, controla y regula el comportamiento de otro sistema.
Para controlar el comportamiento de un sistema, es necesario conocer sus salidas, lo que implica detectarlas, convertirlas en una expresión simbólica (datos) y registrarlas. Por lo tanto, el sistema de control cibernético (SCC) empieza con una función que consiste en registrar, en forma permanente, las salidas que produce el sistema controlado. Esta función es cumplida por el llamado subsistema detector, que es el componente del SCC que se encarga de capturar los datos que constituyen la representación simbólica de las salidas del sistema controlado.
Obtenidos los datos de las salidas, el SCC determina si se cumple el objetivo definido. Este objetivo se habrá formulado en términos de una norma (política, estándar, meta, etc.). Con esta norma, por lo tanto, deben compararse los datos capturados por el subsistema detector. Esta función es cumplida por el subsistema comparador, el cual, al contrastar tales datos con la información que describe la norma de control, determina si el objetivo es satisfecho por la salida o si se ha producido una desviación y, en este último caso, cuál es la magnitud del desvío.
Si no existe desviación, el SCC mantiene el diseño o comportamiento del sistema controlado. En cambio, si el subsistema comparador determina que hay un desvío, será necesario modificar ese diseño o comportamiento, es decir que habrá que tomar una acción correctiva. (También puede modificarse el objetivo del sistema, cambiando la norma o su intervalo de tolerancia, de modo que la salida pase a situarse dentro de los límites de satisfacción del objetivo). En el SCC, la función correctiva es realizada por el subsistema activador, a partir de la información recibida del subsistema comparador.
La siguiente es una representación esquemática del sistema-objeto (el sistema que se regula y controla) y de su SCC:
Ver *servomecanismo*, *cibernética*, *retroalimentación*, *sistema de decisión* y *presupuesto*.
Para controlar el comportamiento de un sistema, es necesario conocer sus salidas, lo que implica detectarlas, convertirlas en una expresión simbólica (datos) y registrarlas. Por lo tanto, el sistema de control cibernético (SCC) empieza con una función que consiste en registrar, en forma permanente, las salidas que produce el sistema controlado. Esta función es cumplida por el llamado subsistema detector, que es el componente del SCC que se encarga de capturar los datos que constituyen la representación simbólica de las salidas del sistema controlado.
Obtenidos los datos de las salidas, el SCC determina si se cumple el objetivo definido. Este objetivo se habrá formulado en términos de una norma (política, estándar, meta, etc.). Con esta norma, por lo tanto, deben compararse los datos capturados por el subsistema detector. Esta función es cumplida por el subsistema comparador, el cual, al contrastar tales datos con la información que describe la norma de control, determina si el objetivo es satisfecho por la salida o si se ha producido una desviación y, en este último caso, cuál es la magnitud del desvío.
Si no existe desviación, el SCC mantiene el diseño o comportamiento del sistema controlado. En cambio, si el subsistema comparador determina que hay un desvío, será necesario modificar ese diseño o comportamiento, es decir que habrá que tomar una acción correctiva. (También puede modificarse el objetivo del sistema, cambiando la norma o su intervalo de tolerancia, de modo que la salida pase a situarse dentro de los límites de satisfacción del objetivo). En el SCC, la función correctiva es realizada por el subsistema activador, a partir de la información recibida del subsistema comparador.
La siguiente es una representación esquemática del sistema-objeto (el sistema que se regula y controla) y de su SCC:
Ver *servomecanismo*, *cibernética*, *retroalimentación*, *sistema de decisión* y *presupuesto*.
