Un programa diseñado con la capacidad de copiarse a sí mismo y con la intención de producir efectos indeseables o dañinos en un sistema de computación.
Los efectos dañinos de los virus pueden variar, por ejemplo, desde la simple emisión de un mensaje humorístico en la pantalla hasta la destrucción de todos los archivos de un disco duro. Los virus pueden ser transmitidos de una computadora a otra mediante el uso de un disquete "infectado" o al copiar información de un sistema contaminado, vía módem. Típicamente, los virus pueden alojarse en los sectores de arranque (= boot sectors), en los archivos ejecutables y/o en los archivos de datos.
Un virus suele constar de tres partes: un cuerpo principal encriptado, una rutina de desencriptación y la clave empleada para el cifrado. En un virus polimórfico, la rutina y la clave son siempre distintas, con lo cual es también distinto el cuerpo encriptado (aunque el respectivo código plano sea siempre el mismo). En un virus encriptado, la rutina es siempre la misma, aunque varíe la clave.
Hay programas, genéricamente llamados caballos de Troya (o, simplemente, troyanos), que son confeccionados con el propósito de provocar un perjuicio específico. Pero los virus son, potencialmente, una forma más dañina de infección, debido a que tienen la característica de copiarse a sí mismos (reproducirse) y diseminarse rápidamente.
La primera noticia de virus en computadoras personales data de 1986. En ese año, había 6 virus conocidos. En 1992, se conocían más de 600 virus. Hacia fines de siglo, se conocían más de 16.000 virus, y se descubrían entre 200 y 250 virus nuevos por mes. Según informe de la empresa Symantec, en los últimos seis meses de 2007 aparecieron 499.811 amenazas con código malicioso, entre las que se incluyen virus informáticos, "gusanos" y troyanos. Esa cifra, sumada a la del primer semestre de 2007, alcanza, para todo el año, las 711.912 amenazas con código malicioso, lo que representa un aumento del 468% con respecto a 2006.
Los virus no son fáciles de descubrir. Muchas veces están diseñados para permanecer largo tiempo "al acecho", hasta que alguna circunstancia prevista en el programa (como, por ejemplo, una determinada fecha) los pone en actividad. En tiempos más recientes, ha aparecido un nuevo tipo de virus, denominado virus de macro, que se aloja en las macros de programas como procesadores de textos, bases de datos o planillas electrónicas.
El usuario puede sospechar la existencia de un virus en su computadora si advierte síntomas como los siguientes:
Para reducir las posibilidades de contraer un virus, es recomendable:
Los efectos dañinos de los virus pueden variar, por ejemplo, desde la simple emisión de un mensaje humorístico en la pantalla hasta la destrucción de todos los archivos de un disco duro. Los virus pueden ser transmitidos de una computadora a otra mediante el uso de un disquete "infectado" o al copiar información de un sistema contaminado, vía módem. Típicamente, los virus pueden alojarse en los sectores de arranque (= boot sectors), en los archivos ejecutables y/o en los archivos de datos.
Un virus suele constar de tres partes: un cuerpo principal encriptado, una rutina de desencriptación y la clave empleada para el cifrado. En un virus polimórfico, la rutina y la clave son siempre distintas, con lo cual es también distinto el cuerpo encriptado (aunque el respectivo código plano sea siempre el mismo). En un virus encriptado, la rutina es siempre la misma, aunque varíe la clave.
Hay programas, genéricamente llamados caballos de Troya (o, simplemente, troyanos), que son confeccionados con el propósito de provocar un perjuicio específico. Pero los virus son, potencialmente, una forma más dañina de infección, debido a que tienen la característica de copiarse a sí mismos (reproducirse) y diseminarse rápidamente.
La primera noticia de virus en computadoras personales data de 1986. En ese año, había 6 virus conocidos. En 1992, se conocían más de 600 virus. Hacia fines de siglo, se conocían más de 16.000 virus, y se descubrían entre 200 y 250 virus nuevos por mes. Según informe de la empresa Symantec, en los últimos seis meses de 2007 aparecieron 499.811 amenazas con código malicioso, entre las que se incluyen virus informáticos, "gusanos" y troyanos. Esa cifra, sumada a la del primer semestre de 2007, alcanza, para todo el año, las 711.912 amenazas con código malicioso, lo que representa un aumento del 468% con respecto a 2006.
Los virus no son fáciles de descubrir. Muchas veces están diseñados para permanecer largo tiempo "al acecho", hasta que alguna circunstancia prevista en el programa (como, por ejemplo, una determinada fecha) los pone en actividad. En tiempos más recientes, ha aparecido un nuevo tipo de virus, denominado virus de macro, que se aloja en las macros de programas como procesadores de textos, bases de datos o planillas electrónicas.
El usuario puede sospechar la existencia de un virus en su computadora si advierte síntomas como los siguientes:
- Decaimiento sensible del tiempo de respuesta.
- Cambios significativos en el comportamiento de los sistemas.
- Aparición de inusuales mensajes de error.
- Generación de salidas ilegibles.
- Saturación inesperada de la capacidad de la memoria o de los discos.
- Efectos de sonido extraños.
- Aparición de mensajes o dibujos humorísticos u obscenos en pantalla.
Para reducir las posibilidades de contraer un virus, es recomendable:
- No bajar programas de sitios de Internet no garantizados.
- No ejecutar programas bajados de sitios de Internet sin pasarles antes un antivirus.
- No abrir archivos adosados a mensajes de correo electrónico sin revisarlos antes con el antivirus.
- Pasar el antivirus sobre el disco de instalación de cualquier programa nuevo. Una vez instalado el programa nuevo, pasar el antivirus sobre los directorios creados por la instalación.
- No ejecutar archivos .EXE o .COM recibidos por correo electrónico.
- No abrir documentos de programas como Word, Access o Excel que provengan de fuentes poco seguras.
- No realizar instalaciones de software pirata.
- No dejar un disquete cargado en la computadora personal, pues, al arrancar la máquina la próxima vez, puede ser leído como disquete de arranque y abrir el camino a un virus.